Primer Domingo de Adviento-Lecturas y Reflexion

Diciembre 2, 2012
I Domingo de Adviento, Ciclo C.
Jeremías 33 14-16;
1 Tesalonicenses 3, 12-4,2;
Lucas 21, 25-28.34-36
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta Jeremías 33, 14–16
Suscitaré a David un vástago legítimo
Llegarán los días -oráculo del Señor- en que yo cumpliré la promesa que pronuncié acerca de la casa de Israel y la casa de Judá: En aquellos días y en aquel tiempo, haré brotar para David un germen justo, y él practicará la justicia y el derecho en el país. En aquellos días, estará a salvo Judá y Jerusalén habitará segura. Y la llamarán así: “El Señor es nuestra justicia”.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial
Salmo 25 (24), 4–5. 8–10. 14.
R. ¡A ti, Señor; elevo mi alma!
Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus senderos. Guíame por el camino de tu fidelidad; enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador. R.
El Señor es bondadoso y recto: por eso muestra el camino a los extraviados; él guía a los humildes para que obren rectamente y enseña su camino a los pobres. R.
Todos los senderos del Señor son amor y fidelidad, para los que observan los preceptos de su alianza. El Señor da su amistad a los que lo temen y les hace conocer su alianza. R.
Segunda Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica 3, 12 – 4, 2
Que el Señor los fortalezca interiormente, para cuando Jesús vuelva
Que el Señor los haga crecer cada vez más en el amor mutuo y hacia todos los demás, semejante al que nosotros tenemos por ustedes. Que él fortalezca sus corazones en la santidad y los haga irreprochables delante de Dios, nuestro Padre, el día de la Venida del Señor Jesús con todos sus santos. Amén. Por lo demás, hermanos, los rogamos y les exhortamos en el Señor Jesús, que vivan conforme a lo que han aprendido de nosotros sobre la manera de comportarse para agradar a Dios. De hecho, ustedes ya viven así: hagan mayores progresos todavía. 2Ya conocen las instrucciones que les he dado en nombre del Señor Jesús.
Palabra de Dios.
Aleluya: Salmo 85 (84), 8
“Aleluya. Aleluya. ¡Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación! Aleluya.”
Evangelio
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 21, 25–28. 34–36
Se acerca la liberación de ustedes
Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas. Los hombres desfallecerán de miedo porque sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán. Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria. Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación”. Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra. Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante del Hijo del hombre”.
Palabra del Señor.
Comentario
En la primera lectura el profeta Jeremías escribe palabras de aliento a los que habían sido exiliados en Babilonia. Y es que el evento del destierro y del exilio fue algo muy traumático para el pueblo de Israel: imagínense: perder el Templo, que era el centro del culto y centro social y de gobierno (como decir la Basílica de San Pedro, la Casa Blanca y la Suprema Corte de Justicia en un lugar). Otra cosa que se veía perdida era la promesa que Dios le había hecho a David que su descendencia reinaría por siempre (2 Sa 7:12-13)
Cuando tus días hayan concluido y te acuestes con tus padres, levantaré después de ti a tu descendiente, al que brota de tus entrañas, y afirmaré su realeza.
El me construirá una casa y yo, por mi parte, afirmaré su trono real para siempre.)
Con el exilio se habían llevado al rey, y por 75 años estuvieron en Babilonia. Por eso aquí Jeremías les da aliento diciéndoles que llegaría el día en que Dios restauraría el linaje real con un descendiente de David. Y nosotros sabemos que esta promesa es cumplida en Jesús. Mateo y Lucas en sus genealogías respectivas nos muestran como Jesús es descendiente de David, y los que le reconocen, le llaman por su nombre, como el ciego Bartimeo: “Jesús Hijo de David, Ten compasión de mi.”
En la segunda lectura se dirige san Pablo a los habitantes de Tesalónica, que en aquel entonces tenían un problema un tanto contrario al que tenemos nosotros el día de hoy: nosotros hoy en día vivimos como si este mundo fuera todo lo hay-vivimos como si no tuviéramos la esperanza de la vida futura que proclamamos todos los domingos en el credo: “creo en la resurrección de los muertos y la vida en el mundo futuro, amen.” Pero muchos de nosotros vivimos como si no tuviéramos esta esperanza: hacemos trampa en los negocios, abusamos del sistema, hacemos trampa, hacemos lo necesario para seguir adelante sin importar a quien “transeamos.” Vivimos como si no sabemos, o no queremos que Jesús regrese! Los tesalonicenses tenían el problema contrario: creían que la segunda venida de Cristo era inminente, por lo tanto, para que trabajar, si Jesús ya viene, y el mundo se va a terminar! En este pasaje Pablo les esta exhortando a que crezcan en el amor-con miras a la segunda venida de Cristo-a manera de preparación, que es un gran tema de adviento: “preparen los caminos” vamos a leer mas adelante. Crecer en el amor significa ir acercándonos a la manera en que ama Dios a todos, sin excepción. Eso es ser santos: amar como Dios ama.
En el evangelio Lucas presenta un discurso apocalíptico de Jesús, es decir, describe con grandes signos y sucesos la “revelación”, la segunda venida de Jesús. A primera vista nos podría parecer un poco extraño este evangelio como parte del Adviento, pero notemos que el observar estos signos es a manera de vigilancia, de preparación a la venida del hijo del hombre. Es una vigilancia no en temor, sino en esperanza: “estén prevenidos y oren incesantemente.” La oración es un gran énfasis de Lucas: Jesús esta en oración en los momentos mas importantes de su ministerio terrenal: en su bautismo, antes de elegir a los doce, en el huerto de Getsemaní, incluso desde la cruz Jesús esta orando! La oración es lo que nos da la esperanza, y esta esperanza es la actitud nuestra, no el temor! – Cuanta gente se ve asustada sobre las predicciones del fin del mundo! “Levanten la cabeza porque se acerca su liberación” – levantar la cabeza es la actitud de la persona libre, confiada. No nos dejemos llevar por estas calamidades, por toda distracción que nos quita la vista del Señor.
Temas para esta semana:
-Confianza en la promesa del Señor
-Vigilancia ante los signos de su presencia en el mundo
-Esperanza, no temor
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