El Amor de Dios Manifestado en su Misericordia

Para estas alturas usted quizás habrá oído sobre el Jubileo Extraordinario de la Misericordia que el papa Francisco promulgó el pasado 11 de Abril, en ocasión del Domingo de la Divina Misericordia. ¿Por qué un jubileo?, y ¿por qué sobre este tema? La noción de un año jubilar proviene de las Sagradas Escrituras, en pasajes donde el quincuagésimo año se santificaba y en donde la tierra no se cosechaba y las deudas se perdonaban (ver Levítico 25). Esta tradición tenía como propósito que los Israelitas nunca se encontraran otra vez en la situación de esclavitud que habían vivido en Egipto, y recordar que Dios es dueño y soberano sobre la creación. En el Nuevo Testamento, Jesús recita en la sinagoga la profecía jubilar de Isaías 61,1-2 y la proclama cumplida en su persona (ver Lucas 4,16-21). Jesús es el Mesías enviado por Dios para liberar al pueblo de sus tribulaciones. En vista a esto, en la tradición Cristiana, el año jubilar es un tiempo de alegría ante el perdón universal otorgado por Dios. En el caso de este año jubilar, se trata de una ocurrencia extraordinaria, fuera del orden común de un año jubilar cada cincuenta años. Como razón para su existencia, el papa Francisco escribió en la bula de convocación: “Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre.” El jubileo dará comienzo el 8 de diciembre 2015, solemnidad de la Inmaculada Concepción. El papa Francisco nos apunta a ver la conexión de esta fiesta con la misericordia de Dios, ya que en María, el amor misericordioso de Dios se manifiesta al desplegarse la historia de la salvación, mostrándonos que no había dejado desamparada a la humanidad después del pecado de Adán y Eva. Parte del inicio del año jubilar consiste en abrir una “puerta santa” en las iglesias más importantes, tanto en Roma, como en el resto del mundo. Esta fecha también coincide con el quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II. Este evento también es muy significativo, ya que el Concilio Vaticano II simboliza la apertura de Iglesia a la proclamación del Evangelio en la sociedad moderna, siempre guiada por el Espíritu Santo. Es el deseo del papa Francisco que este año jubilar nos lleve a una más intensa contemplación el amor misericordioso del Padre, quien por amor nos mandó a su hijo único Jesucristo, el rostro de la misericordia del Padre.
Puedes leer la bula de proclamación del año de la misericordia aquí: https://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_letters/documents/papa-francesco_bolla_20150411_misericordiae-vultus.html
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