Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos-3er Domingo Ordinario Ciclo A

Podcast (evangeliocontemplado): Play in new window | Download (Duration: 11:03 — 10.1MB) | Embed
Suscribete: Apple Podcasts | Google Podcasts | Email | RSS | More
Las lecturas de este domingo nos hablan de la luz de Cristo que ha venido a iluminar la oscuridad del mundo en el pecado.
En la primera lectura oímos al profeta Isaías dar palabras de aliento al pueblo que había sufrido el destierro. Aun en medio de la hora de mas profunda desolación, para los fieles creyentes en el Dios verdadero hay esperanza. Los primeros que fueron deportados fueron los habitantes de la parte norte del reino, los de Zebulón y Neftalí que corresponde al área de Galilea. También ellos son los primeros en recibir la luz de la proclamación del Mesías, como nos cuenta el evangelio de Mateo. La venida del Mesías trae la liberación del yugo y la opresión que habían sufrido. Así también nuestro Señor Jesucristo nos libera de toda aflicción que nos abruma, y nos da la paz.
En la segunda lectura San Pablo nos exhorta a la unidad. Los que creemos en Cristo no podemos tener divisiones. Toda división no es de Dios sino del enemigo. En Cristo hay armonía, hay una misma mentalidad, un mismo juicio. Esto no significa una simple uniformidad; lo que tiene en mente San Pablo va mas allá de eso. El habla de esas discordias que afectan la unidad de la Iglesia. ¿Qué tipo de discordia sufrían los Corintios? Aparentemente se habían divido en facciones que seguían a un predicador en particular: Apolo, Pedro, Pablo, etc., (con otro grupo diciendo: nosotros seguimos sólo a Cristo…) con las diferencias humanas que suelen salir – nosotros conocimos a Cristo primero, ustedes después; nosotros seguimos a Pedro, un apóstol de Cristo, ustedes no, etc. Una guía en estas cuestiones la vemos en el dicho de San Juan XXIII que dice: “en cosas necesarias unidad, en cosas dudosas libertad, y en todo, caridad.”
En el evangelio de Mateo vemos que Jesús después del arresto de Juan se traslada a Galilea para cumplir lo que Isaías había profetizado, y que leímos en la primera lectura. La luz que trae Jesucristo es la predicación de la venida del Reino de Dios, con el mensaje: “conviértanse, porque el Reino de los Cielos ha llegado.” ¿De qué manera podemos entender lo que es el “Reino”? Entendemos un triple reinado espiritual: el reino de Dios en nosotros, que es la gracia; el reino de Dios en el mundo, que es la Iglesia; y el reino de Dios en el cielo, que es la beatitud eterna. Aquí quizás la frase Reino de los Cielos tiene ese énfasis futuro, el Reino de Dios por venir.
El mensaje de Jesús de la necesidad de la conversión es el mismo de los profetas de la Antigua Alianza, así como también el mensaje de Juan el Bautista. Aun más, este es el mensaje que la Iglesia en integra continuidad continua proclamando el día de hoy. El conocer a Jesús implica un cambio, ¡no podemos continuar como estábamos antes! Y este es el camino de todo creyente: oír la proclamación – responder con el cambio de vida – recibir la gracia de Dios en el bautismo (o en la Reconciliación, si ya estamos bautizados).
En el mismo pasaje, el evangelio de este domingo también nos ofrece el llamado de los primeros discípulos. Lo primero a notar es su reacción al llamado: lo dejan todo y siguen a Jesús. En esta semana te invito a escuchar la predicación en la boca de su Iglesia que nos llama a la conversión. Preparemos nuestro corazón, para que al igual que los discípulos, podamos contestar inmediatamente al llamado del maestro que nos llama a salir de nuestra oscuridad en la que vivimos, hacia la luz de la libertad de vivir en armonía como hijos de Dios.
Responses