Parábola de los Talentos-33er Domingo Ordinario

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La primera lectura de este domingo nos habla de la mujer ideal, la mujer de valor, de entereza. Hay un dicho común que dice que detrás de cada gran hombre hay una gran mujer, y la lectura de los Proverbios nos dice algo similar: al hombre que tenga una buena mujer no le faltará el salario, los bienes económicos. La buena mujer es trabajadora, trabajando los textiles para producir vestidos. La buena mujer ayuda al pobre. Ya en otro pasaje del libro de Proverbios (18) nos dice que es una bendición de Dios el encontrar una buena esposa. Estos pasajes, a pesar de haber sido escritos en el contexto de una cultura patriarcal, cuentan con una gran estimación para la mujer. De hecho este pasaje esta escrito como un himno acróstico, con cada línea comenzando con una letra del alfabeto Hebreo.
En la segunda lectura, San Pablo les está aclarando a los Tesalonicenses concerniente a ciertos malentendidos sobre la cronología de la segunda venida de Jesucristo. Muchos creían que la segunda venida de Cristo era inminente, y que los hermanos que morían antes de este evento no serian partícipes de los frutos de la redención. San Pablo les recuerda que la venida del Señor va a llegar repentinamente. Este “Día del Señor” se refiere a la intervención decisiva de Dios en la historia. Este es el día del juicio, el fin del mundo, del cual San Pablo habla en metáforas e imágenes como los dolores del parto. Estos dolores de parto hablan de este estado en que nos encontramos con el Reino de Dios ya aquí, ya iniciado por Jesucristo, pero no completamente.
En el evangelio de este domingo tenemos la conocida Parábola de los Talentos. El mensaje de esta parábola habla de la necesidad de responder a la gracia que el Señor nos da, haciendo el esfuerzo de dar buenos frutos con nuestra vida. No podemos ser como el que escondió los talentos, escondiendo el hecho de que somos cristianos porque nos da pena que nos critiquen o nos humillen. Todos estamos llamados por nuestro bautismo a ser discípulos misioneros. Discípulos activos que practicamos las enseñanzas de Jesús e invitamos a otros a este encuentro amoroso con Jesús que es vivir la fe católica. Nuestro Señor utiliza esta imagen de trabajadores que en transcurso de la vida diaria, haciendo negocios, multiplican el dinero que tienen como encargo. Es algo similar para nosotros: nuestro seguir a Jesús se da sobre todo en el diario vivir, en las ocurrencias comunes de nuestra vida, en nuestro trato con familiares y amigos. Nosotros los laicos estamos llamados a llevar la gracia de Dios al mundo donde nos encontramos, a hacer visible a Dios en un mundo donde a veces no se le reconoce. Que nuestro cometido esta semana sea el responder al llamado de Jesús en el evangelio a multiplicar las gracias que Dios nos da.
Lecturas de este domingo: https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/111520.cfm
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