Los delitos del ateísmo en general se perpetraron a través de una ideología arrogante que ve al hombre, no a Dios, como el creador de valores.
Con el uso de las técnicas más modernas de la ciencia y la tecnología, el hombre busca desplazar a Dios y crear una utopía secular aquí en la tierra. Desde ya que si algunas personas, judíos, terratenientes, incapaces o discapacitados deben ser eliminados para alcanzar esta utopía, este es un precio que los tiranos ateos y sus apologistas han demostrado estar bastante dispuestos a pagar. Así confirman la verdad de la máxima de Fyodor Dostoyevsky, «Si Dios no existe, todo está permitido».
Independientemente de cuales sean los motivos que justifiquen su carácter sanguinario, es indiscutible que ninguna de las religiones del mundo en su conjunto, y durante 2.000 años, han logrado matar a la misma cantidad de gente que la que mataron otros en nombre del ateísmo a lo largo de tan solo unas pocas décadas.
Ya es hora de abandonar el mantra que se repite mecánicamente de que la creencia religiosa ha sido la fuente más importante del conflicto y violencia humanas.
El ateísmo, y no la religión, es la verdadera fuerza detrás de los asesinatos en masa de la historia Ver las reacciones a este artículo y la respuesta de Dinesh D’Souza’s.