El Valor del Reino de Dios-17o Domingo Ordinario

Podcast (evangeliocontemplado): Play in new window | Download (Duration: 12:16 — 8.4MB) | Embed
Suscribete: Apple Podcasts | Google Podcasts | Email | RSS | More
En el evangelio de este próximo domingo la liturgia de la Iglesia nos ofrece la parábola del tesoro escondido y la perla de gran valor. El mensaje que Jesús nos da en esta lectura es mostrarnos el gran valor del Reino de Dios, y cual debe ser nuestra actitud para alcanzarlo.
En la primera lectura del Primer Libro de Reyes vemos un diálogo entre Dios y Salomón, quién fue escogido como rey de Israel después de su padre el rey David. Esta lectura nos enseña algo muy importante sobre nuestra oración. Como Salomón, debemos orar de manera desinteresada, sin pedir únicamente cosas para nosotros, como si Dios fuera un tipo de Santa Clos cósmico. Hay que recordar el orden que debe llevar nuestra oración: primero adoración y bendición antes de petición (ver Catecismo de la Iglesia Católica 2626-2643). Salomón aquí pide únicamente un corazón recto para juzgar con justicia al pueblo de Dios. ¿Cuantas veces rezamos por las personas a las que servimos? La petición de Salomón la hace en humildad y no pide bienes materiales sino espirituales. Esto refleja la enseñanza de Jesús que nos dice: “busca primero el Reino de Dios y su justicia divina, y todo lo demás se les dará por añadidura.” Esto es agradable a Dios y le concede a Salomón sabiduría en abundancia.
En la segunda lectura san Pablo nos habla de como en fe podemos ver todos los eventos de nuestra vida orquestados por la amorosa voluntad de Dios. San Pablo también nos exhorta a descubrir en todo lo que nos pasa la voluntad de Dios, tanto lo malo como lo bueno, ya que todo resulta en bien para los que aman a Dios. No dice Pablo que todo sale a como nosotros quisiéramos o cuando quisiéramos, sino que todo resulta al final para nuestro bien. San Juan Crisóstomo comentando en el versículo 29 menciona el gran honor que tenemos los bautizados al darnos Dios por su gracia lo que su unigénito tiene por naturaleza. Y este es el proceso de la vida Cristiana: parecernos cada vez más a Cristo: comenzando en nuestro adentramiento en su Misterio Pascual con nuestro Bautismo.
En este pasaje habla San Pablo del misterio de la predestinación – del cual el Catecismo de la Iglesia Católica nos dice: “Para Dios todos los momentos del tiempo están presentes en su actualidad. Por tanto establece su designio eterno de “predestinación” incluyendo en él la respuesta libre de cada hombre a su gracia (CIC 600).”
En el evangelio, la liturgia de la Iglesia nos ofrece la parábola del tesoro escondido y la perla de gran valor. El mensaje que Jesús nos da en esta lectura es mostrarnos el gran valor del Reino de Dios, y cual debe ser nuestra actitud para alcanzarlo. Las dos imágenes, la del tesoro y la de la perla, son similares, pero también tienen sus diferencias. De acuerdo a unos comentarista, el tesoro es imagen de la abundancia de dones, mientras que la perla habla de la belleza del Reino. El tesoro se encuentra por casualidad, mientras la perla se busca. De acuerdo a San Gregorio Magno, la fe, la vocación, la sabiduría verdadera y el deseo por el cielo se encuentran a veces de manera repentina, y a veces después de una búsqueda intensa. El punto es que para encontrar el tesoro y la perla tenemos que venderlo todo, o sea, desprendernos de todo lo que nos aleja de Dios. Esto conlleva sacrificio, el sacrificio que Jesús nos había avisado debíamos experimentar para ser sus seguidores. En esta semana con tu oración desinteresada busca el Reino de Dios y con Jesús carga la cruz del sacrificio para al final entrar a la gloria del Reino de Dios.
Responses