Maria ha Elegido la Mejor Parte-16o Domingo Ordinario Ciclo C

Podcast (evangeliocontemplado): Play in new window | Download (Duration: 18:04 — 16.5MB) | Embed
Suscribete: Apple Podcasts | Google Podcasts | Email | RSS | More
Las lecturas de este domingo nos recuerdan que hay que mantener un balance. La vida activa sin oración será estéril y no brindará frutos. El pasarse todo el día en contemplación sin ayudar al necesitado, o descuidando nuestra familia tampoco agrada a Dios. Todo en balance. En esta semana recuerda la hospitalidad de Abraham y practícala con todos, sobre todo con tus seres queridos. También recuerda unir tus sufrimientos a los dolores de Jesús en la cruz y recuerda mantener un balance entre la vida activa y la contemplación.
“…para entonces, Sara, tu mujer, habrá tenido un hijo.” – Génesis 18:10a
En la primera lectura de este domingo oímos la anunciación del nacimiento del hijo de Abraham y Sarah, hijo que les vendría ya en su vejez. Este texto ha fascinado a los biblistas a través de los tiempos, ya que contiene una teofanía, o sea una manifestación de Dios, en medio de circunstancias un tanto misteriosas. La dificultad proviene del hecho de que el pasaje comienza declarando “Un día, el Señor se le apareció a Abraham,” mientras que un poco mas adelante el pasaje se refiere a “tres hombres que estaban de pie ante él.” El saludo de Abraham añade al misterio, ya que el hebreo puede ser traducido en el singular “mi Señor” o en el plural “mis Señores.” Algunos comentaristas opinan que se trata de tres ángeles, San Agustín dice en un comentario que eran dos ángeles y Cristo entre ellos, otros dicen que los tres representan a la Santísima Trinidad. Sea lo que sea, la presencia de Dios es manifestada en ellos, y podemos ver esto de la manera en que Abraham los recibe, postrándose ante ellos. La invitación a tomar “un poco de agua” y “un bocado de pan” es una atenuación tratando de minimizar el gran banquete que Abraham manda a preparar (gran cantidad de harina para unas tortas, lo mejor del ganado, etc.). Esto es en parte por la hospitalidad que distingue a las gentes del desierto, donde la hospitalidad para los extranjeros puede ser cuestión de vida o muerte, y también por el hecho de que Abraham reconoce en ellos algo mas que tres extranjeros. Que la meditación de este texto nos lleve a profundizar en nuestro amor por Dios, quien todo nos da.
“Ahora me alegro de sufrir por ustedes, porque así completo lo que falta a la pasión de Cristo en mí.” – Colosenses 1:24
En la segunda lectura oímos palabras que nos suenan un tanto extrañas a nuestros oídos modernos. En una sociedad como la nuestra, donde siempre estamos buscando el placer, el ocio, la distracción, suena extraño oír a alguien decir “me alegro por mis padecimientos.” A diferencia de la gente en la sociedad hoy, que busca evitar el dolor y maximizar el placer, para nosotros los católicos el sufrimiento puede tener un carácter redentivo. Gracias al sacrificio de Jesús en la cruz, nosotros podemos unir nuestros sufrimientos a los de Jesús, y darle giro a esta situación penosa. De tratarse de algo malo, al ofrecerle nuestro sufrimiento a Dios lo convierte en fuente de gracia. De hecho esto es lo que San Pablo se refiere cuando dice “completo lo que falta a las tribulaciones de Cristo.” No porque con su muerte Cristo no haya completamente efectuado nuestra salvación, sino porque ahora para aplicar los méritos de su pasión nosotros tenemos que cooperar soportando nuestras propias pruebas y uniéndolas a los dolores de Jesús en su pasión. Por eso, en tu oración ofrécele a Dios tus sufrimientos y únelos a los dolores de Cristo en su pasión, para tu santificación y para el bien de la Iglesia.
“Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria.” – Lucas 10:41
En el evangelio de este domingo la Iglesia nos propone el pasaje de las hermanas Marta y María, que junto con Lázaro a quien Jesús resucitó, eran una familia muy cercana a nuestro Señor. Qué bonito es cuando la familia entera ama al Señor, y todo lo que hacen, toda labor, tiene como propósito alabar a Dios. En este conocido pasaje vemos como una hermana se dedica a escuchar a Jesús, mientras que la otra se dedica a las muchas labores necesarias para atender a la visita de Jesús. Marta, como sabemos, está consternada porque su hermana María le ha dejado toda la carga a ella. Cuando Marta expresa su queja con Jesús, él gentilmente la reprende diciéndole que María se ha ocupado de lo más importante. Uno de los mensajes más importantes de este pasaje es el de llevar estas dos cosas en balance: la oración, la contemplación, y la vida activa. Para nosotros los laicos que vivimos en el mundo tan ocupado, se nos hace difícil dedicarle un tiempo a Dios para la oración. Como Marta, nos llenamos de preocupaciones, y no tenemos tiempo para dedicarle a Jesús que está en nuestra casa. Como laicos, padres de familia muchas veces, no podemos estar todo el día en la Iglesia, envueltos en veinte grupos diferentes, sirviéndole a Dios así. Para muchos de nosotros la santificación viene en la familia, con los hijos, con nuestra esposa o esposo. Hay que mantener un balance. La vida activa sin oración será estéril y no brindará frutos. El pasarse todo el día en contemplación sin ayudar al necesitado, o descuidando nuestra familia tampoco agrada a Dios. Todo en balance. El fundador San Benito sabiamente lo expuso para sus monjes: “Ora et Labora” – oración y trabajo. En esta semana recuerda la hospitalidad de Abraham y practícala con todos, sobre todo con tus seres queridos. También recuerda unir tus sufrimientos a los dolores de Jesús en la cruz y recuerda mantener un balance entre la vida activa y la contemplación.
Responses